¿Quedan tus platos sucios con el lavavajillas? Si tu respuesta es sí y no sabes el porqué, sigue leyendo. No hace tanto que cantabas el Aleluya a grito pelado mientras instalaban el lavavajillas en tu cocina. Aburrido de ver siempre montañas de platos sucios alrededor del fregadero, apostaste por comprar este electrodoméstico para vivir mejor y más feliz. Y ahora ¿por qué el lavavajillas juega con tus sentimientos? ¿Qué ha sucedido para que la ilusión inicial se haya convertido en un disgusto cada vez que limpias los platos? ¿Dónde está el problema para que el mismo programa que antes dejaba tu vajilla impecable ahora haga que salga sucia?
No sufras, hoy vamos a explicar el por qué de tan grande traición. Vas a comprobar que tu lavavajillas no es el único responsable de que los platos no salgan tan limpios como deseas, también tú tienes mucho que aprender a la hora de usarlo.
Antes de poner el lavavajillas, ten en cuenta que...
- Los friegaplatos limpian, pero también necesitan ser limpiados. Cada cierto tiempo deberás repasar los filtros con un estropajo y agua caliente. Quita con cuidado los brazos giratorios y, con un chorro de agua a presión, elimina los restos de comida que hayan podido quedar.
- En el interior del electrodoméstico se acumula grasa, cal y bacterias, sí, bacterias. Por eso debes limpiarlo bien por dentro. Aunque hay productos específicos para ello, puedes utilizar agua con vinagre blanco, ya que actúa como un antiséptico. Emplea una bayeta y frota con suavidad.
- Debes eliminar el agua que se haya podido quedar estancada. Con el lavavajillas vacío, pon un limpiador y un programa corto para dejar impoluto el electrodoméstico.
- Por último, comprueba que estás usando la cantidad adecuada de abrillantador y no te olvides de agregar sal, especialmente si el agua de tu zona contiene mucha cal.
Consejos para poner el lavavajillas
Uno de los principales factores que influye en que tus platos no salgan sucios del lavavajillas es colocarlos correctamente.- Aunque el friegaplatos hace el trabajo más duro, no está de más que le eches una mano. Antes de meter la vajilla sucia, acostúmbrate a pasarles un papel para quitar los restos de la comida.
- Espera, ¿pero cómo los estás metiendo? Saber colocar cada cosa en su lugar influye en el resultado, así que apunta cómo debes situarlos:
- Los vasos, copas y cuencos siempre hacia abajo.
- Los tuppers o cualquier recipiente de plástico en la parte superior.
- Los cacharros con la suciedad más incrustada en la de abajo.
- Los cubiertos siempre con el mango hacia abajo y mezclados.
- Asegúrate de llenar al completo el lavavajillas, aprovecharás mejor el lavado, eso sí, ¡no lo sobrecargues! Porque entonces se producirá el efecto contrario al deseado: el agua no podrá pasar por todos esos platos apelotonados y le será imposible limpiarlos como se espera. El resultado será un conjunto de platos sucios.
- Recuerda poner siempre la cantidad adecuada de detergente: ni más ni menos. El exceso de detergente te puede dejar los platos más sucios de lo que estaban.
Después del lavado
Cuando suene la señal de que el lavado ha finalizado, no hace falta que salgas corriendo a colocar los cacharros. Es mejor que esperes unos minutos con la puerta cerrada. Después ábrela y déjala un rato así. Con esto lo que haces es que la humedad no se condensa en la vajilla, saldrá más seca y reluciente y no se generará mal olor en tu lavavajillas.
Aunque estamos seguros de que siguiendo estos pasos tu vajilla va a salir como nueva, cabe la posibilidad de que no sea así. ¿Entonces? Aunque puedes probar a desatascarlo por tu medios, si no funciona, deberás llamar al servicio técnico y comprobar que no tiene alguna avería seria. Pero, si la tiene, no entres en pánico.
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