Ante la extraordinaria situación que nos está tocando vivir es importante que todos actuemos con la máxima responsabilidad en todos los ámbitos y circunstancias ante las que nos enfrentamos. Esta novedosa situación nos obliga a estar en nuestros hogares muchas más horas de las que estábamos acostumbrados. Probablemente pensemos que con permanecer en nuestra casas puede ser suficiente y, de hecho, es una medida básica de prevención que debemos respetar. Pero, además, dentro de nuestras viviendas y especialmente en las cocinas, debemos mantener unas rutinas de limpieza que resultan básicas para que todo el espacio esté en perfecto estado de higiene.
- Antes de comenzar a realizar ningún tipo de actividad en la cocina es fundamental lavarnos las manos. El lavado lo realizaremos con agua tibia y jabón frotando los dedos, muñecas y dorsos de las manos durante unos 20 segundos. Para secarnos utilizaremos o servilletas de papel o un trapo limpio. Serán de un solo uso.
- Tanto la encimera como el resto de superficies de la cocina se deberán limpiar con frecuencia. Para ello utilizaremos agua y jabón o un limpiador de hogar. Para frotar dispondremos de un estropajo que tan solo utilizaremos con este fin y dejaremos que el producto actúe durante unos minutos. Una vez transcurrido este tiempo lo aclararemos y lo secaremos con un paño limpio.
- A veces podemos olvidarnos de determinadas superficies que también forman parte de la cocina, como es el caso del tirador de la nevera, los pomos de las puertas, los interruptores y enchufes, los pomos de los armarios... Estas superficies deben recibir la misma frecuencia de limpieza que el resto y se debe realizar de la misma manera.
- Los trapos que utilizamos en la cocina los debemos cambiar y lavar a máxima temperatura con frecuencia, es recomendable hacerlo cada vez que terminemos de cocinar (después de preparar la comida y después de prepara la cena). Asimismo, tras finalizar la sesión de preparación de alimentos y recoger los utensilios utilizados, deberemos dejar en remojo con lejía tanto los estropajos como las bayetas que hemos utilizado durante unos minutos.
- La conservación de los alimentos que no se vayan a consumir de inmediato se deberá realizar o bien en la nevera o bien manteniéndolos a una temperatura superior a los 65 ºC. En cualquier caso, lo más aconsejable es consumirlos antes posible.
- Para mantener los alimentos en condiciones aptas se aconseja cocinarlos con temperaturas superiores a los 70 ºC. Además, una vez hayamos terminado de cocinarlos los tendremos que proteger para evitar que se contaminen.
- Si se dispone de lavavajillas, se recomienda el lavado de toda la vajilla, cristalería y demás utensilios de cocina en el mismo utilizando un programa con máxima temperatura.
- Tras la finalización de la actividad en la cocina, es recomendable ventilar el espacio así como realizar una limpieza general tanto de la cocina como del suelo.