La lavadora es un elemento indispensable por comodidad. La alternativa implica moverse del hogar para lavar la ropa, con el riesgo de no poder hacerlo en el momento que necesitemos o deseemos. Pero para tenerla en óptimo estado, es necesario un mantenimiento regular. Solo así podremos estirar su vida útil al máximo y amortizar lo invertido.
Uno de los problemas con el que nos podemos topar es que no realiza el centrifugado correctamente porque la ropa sale empapada o el ciclo simplemente se ha quedado incompleto. Esto puede deberse a múltiples causas como un exceso de ropa en el tambor, problemas con la bomba de desagüe, filtro obstruido, avería en el motor o correa, o un sistema de drenaje bloqueado. En esta guía, encontrarás soluciones para muchas de las posibles causas y también te recomendaremos modelos de calidad por si estás pensando en cambiarla.
Por qué una lavadora deja de centrifugar
Durante un ciclo, el tambor gira a gran velocidad para expulsar el agua de la ropa mediante fuerza centrífuga. Para que esto ocurra correctamente, la lavadora necesita estar bien equilibrada, poder drenar sin obstáculos y recibir señales adecuadas de sus sensores internos. Cuando alguno de estos elementos falla, el centrifugado se detiene o no llega a iniciarse.
Algunas causas son simples de resolver como redistribuir la ropa, quitar prendas o limpiar el filtro; otras, como problemas en la bomba o en los sensores electrónicos, pueden requerir la intervención de un técnico especializado.
Causas más frecuentes por las que tu lavadora no centrifuga
Estas son las razones más comunes por las que la lavadora puede dejar de centrifugar: carga excesiva, problemas con el motor o correa, fallo del interruptor de tapa o de la bomba, obstrucciones y sensores defectuosos. Profundizamos en cada una de ellas.
Carga desequilibrada o exceso de ropa
Esta es la tipología más sencilla de resolver porque depende de nosotros y de nuestro sentido común. Cuando la ropa queda apelmazada o la lavadora está sobrecargada, el tambor pierde estabilidad. El propio equipo detecta este desequilibrio y detiene el centrifugado para evitar daños. Para solucionarlo, saca parte de la ropa o redistribúyela mejor en el tambor, cierra la puerta y reinicia el ciclo.
Problemas con el motor o la correa
Si la correa está floja, desgastada o rota, el tambor no podrá girar a la velocidad necesaria. También puede ocurrir que el motor esté debilitado. Los síntomas habituales son ruidos anormales, olor a quemado o un tambor que directamente no se mueve. Dado que implica tocar piezas internas, lo ideal sería solicitar una revisión profesional.
Fallo del interruptor de tapa o de seguridad
El centrifugado no se iniciará si la tapa o puerta no cierra correctamente o si su interruptor de seguridad está averiado. Comprueba que la puerta haga el clic de cierre, que el bloqueo se active y que no haya suciedad acumulada impidiendo el contacto. Si aun así el ciclo no arranca, puede ser necesario sustituir el componente.
Obstrucción en el desagüe o filtro
Cuando queda agua dentro del tambor, la lavadora cancela el centrifugado por seguridad. Esto suele deberse a un filtro sucio, una manguera doblada o un tubo de desagüe bloqueado. Para limpiarlo, abre la tapa del filtro, normalmente en la parte frontal inferior, y coloca una toalla en el suelo y un recipiente pequeño para recoger el agua que saldrá.
Retírala y, si tu modelo tiene una pequeña manguera de drenaje, vacía el agua antes de continuar. Luego gira el tapón del filtro en sentido contrario a las agujas del reloj y extráelo con cuidado. Limpia bien el filtro bajo el grifo y quita todas las pelusas y otras partículas adheridas. Una vez aclarado, vuelve a colocarlo y ajústalo correctamente. Para finalizar, ejecuta un programa corto o un ciclo de vaciado para comprobar que el drenaje funciona con normalidad.
Fallos en la bomba de agua
La bomba es la encargada de extraer el agua del tambor y enviarla al desagüe. Si falla, la máquina no puede vaciarse y el centrifugado no comenzará. Los indicios incluyen ruidos extraños, zumbidos continuos o el propio tambor lleno de agua retenida. Algunas lavadoras muestran códigos de aviso cuando hay obstrucciones o fallos relacionados con la bomba. Ante una avería de este tipo, lo recomendable es contactar con un técnico para reparación o valorar el cambio del equipo si el daño es severo.
Módulo electrónico o sensor de velocidad defectuoso
En ciertos modelos, la electrónica controla el equilibrio, la velocidad del motor y la seguridad del ciclo. Si el módulo de control, el tacómetro (un componente del motor que se encarga de medir cuántas revoluciones por minuto está haciendo el tambor) o algún sensor falla, la lavadora interrumpe automáticamente el centrifugado. Como se trata de electrónica interna, se requiere un diagnóstico profesional para identificar y sustituir el componente afectado.
Casos específicos de lavadora que no centrifuga
No todos los fallos son iguales ni en trascendencia ni en resolución. Aquí te explicamos los casos más comunes y qué hacer en cada uno de ellos
La lavadora no centrifuga pero sí tira el agua
En estos casos, el sistema de drenaje funciona correctamente, pero el tambor no alcanza la velocidad necesaria para centrifugar. Esto suele deberse a un fallo en algún sensor, en el motor o a una carga mal distribuida. Antes de pensar en una avería, conviene revisar el equilibrio de la ropa y asegurarse de que el tambor gira libremente. Si todo está en orden, el problema puede residir en el motor o en la electrónica.
La lavadora hace ruido pero no centrifuga
Si escuchas un ruido anómalo y el tambor no acelera, es posible que la correa esté suelta o desgastada, que los rodamientos estén dañados o que el motor no tenga suficiente fuerza para iniciar el ciclo. Ante cualquier sonido que nos chirríe, lo mejor es apagar la lavadora y evitar forzar el tambor para no agravar la avería.
La lavadora no centrifuga y huele a quemado
El olor a quemado es una señal clara de que algo no funciona bien, generalmente se tratará de una incidencia relacionada con el motor, el cableado o la correa. Puesto que implica riesgo eléctrico y posible sobrecalentamiento, es fundamental desconectar la lavadora de inmediato y contactar con un técnico cualificado.
La lavadora se mueve pero no realiza el centrifugado
Si el tambor intenta girar pero no entra en la fase de centrifugado, es probable que la correa esté muy desgastada o que el sistema de transmisión presente daños. En estas situaciones, la lavadora necesita una revisión para determinar qué pieza está fallando con exactitud y sustituirla por parte de un profesional.
La lavadora no centrifuga ni desagua
Cuando el aparato no expulsa el agua ni inicia el centrifugado, suele existir una obstrucción en la bomba o en la manguera de desagüe. Lo primero es revisar y limpiar el filtro siguiendo las instrucciones descritas anteriormente, comprobar que no haya objetos atascados y asegurarse de que el tubo no esté doblado. Si tras la limpieza persiste el problema, el resultado podría ser el de una bomba averiada.
Soluciones prácticas para una lavadora que no centrifuga
Vamos a introducir unas instrucciones paso a paso que seguir en caso de que vuestra lavadora no pueda centrifugar. Antes de empezar, importante: desenchufar la lavadora. Indispensable para vuestra seguridad.
Paso 1: Verifica la carga y distribución de la ropa
Abre la lavadora y revisa si la ropa está apelmazada o acumulada en un solo lado. Si es así, distribúyela de manera uniforme o retira parte de la carga si el tambor está demasiado lleno. Una vez equilibrada, cierra la puerta y reinicia el ciclo para comprobar si el centrifugado se activa. Este es un paso de sentido común pero que merece seguirse para ahorrarnos preocupaciones extra.
Paso 2: Limpia el filtro y revisa el desagüe
Accede al filtro, normalmente situado en la parte frontal inferior, y colócalo sobre una toalla para recoger el agua que pueda salir. Gira el tapón, retira el filtro y límpialo bajo el grifo, eliminando pelusas y pequeños objetos. Comprueba también que la manguera y el tubo de desagüe no estén doblados u obstruidos antes de volver a colocarlo.
Paso 3: Comprueba la tapa y su interruptor
Asegúrate de que la puerta cierra correctamente y de que el mecanismo de bloqueo hace su clic habitual. Si el cierre no es firme o el interruptor no activa la señal de seguridad, la lavadora podría estar impidiendo el inicio del centrifugado. Limpia adecuadamente la zona del cierre y verifica que nada impida el contacto.
Paso 4: Examina la correa o el motor
Si el tambor no gira o lo hace con dificultad, observa la correa desde la parte trasera o inferior del aparato para ver si está suelta, desgastada o rota. También presta atención a ruidos extraños que puedan indicar un problema en el motor. Si no tienes experiencia en reparaciones, evita manipular estas piezas internas. Limítate a observar la correa y escuchar los ruidos anómalos.
Paso 5: Resetea la lavadora o llama a un técnico
Algunos fallos se solucionan haciendo un reinicio básico: desenchufa la lavadora durante unos minutos o utiliza la combinación de botones específica del fabricante si tu modelo la incluye. Si el problema continúa tras el reseteo, lo más recomendable es contactar con un técnico especializado.
Cómo prevenir que tu lavadora deje de centrifugar
Para evitar problemas de centrifugado, es recomendable adoptar algunas rutinas sencillas de mantenimiento: no sobrecargar el tambor, distribuir la ropa de forma equilibrada, limpiar el filtro cada pocas semanas, revisar periódicamente las mangueras, y realizar un lavado mensual en vacío con agua caliente y detergente específico o jabón neutro.
Si no has llegado a tiempo de seguir estas pautas y tu lavadora ya no responde, te proponemos algunos modelos de calidad, a precios muy competitivos, para que puedas elegir la que mejor se ajuste a tus necesidades. Presta atención porque puedes encontrar precios rebajados.
Si buscas una opción compacta y eficiente para espacios reducidos, la Lavadora Samsung WW70FG3M05TWEC 7 Kg combina un diseño de fondo estrecho con eficiencia energética A y un motor Digital Inverter que asegura un centrifugado potente y silencioso. Su función de vapor mejora la higiene y la hace ideal para quienes necesitan un uso sencillo, bajo consumo y buenos resultados incluso en prendas delicadas. Para quienes requieren algo más de capacidad sin complicaciones, la Lavadora Balay 3TS384XT 8Kg ofrece manejo intuitivo, detección automática de carga y un tambor VarioSoft que cuida la ropa, manteniendo un consumo ajustado gracias a su clasificación energética A.
Si prefieres un modelo con funciones avanzadas y mayor versatilidad, la Lavadora AEG LFR7394O4V 9kg combina 1400 rpm, eficiencia A y un completo panel LED con programas específicos para lana, outdoor, delicados, inicio en diferido o ciclos rápidos, además de opciones de vapor y protección antifugas. Tiene un consumo de agua optimizado y un nivel sonoro de solo 75 dB. En un nivel similar, la Lavadora Bosch WUU28T68ES 9Kg destaca por funciones avanzadas como el motor EcoSilence o el sistema automático de distribución de ropa 3G. Además, 1400 rpm, 12 programas variados incluyendo Algodón, Limpieza del tambor, Higiene Plus, Rápido 15/30 min o Delicado/Seda. Además, el tambor VarioDrum asegura un tratamiento suave y eficiente de tus prendas. Finalmente, para quienes buscan la máxima capacidad y conectividad, la Lavadora Hisense WF3S1043BW1 10Kg ofrece control por WiFi, 1400 rpm y detección automática de carga, manteniendo un consumo optimizado incluso en ciclos grandes. Encima, clasificación energética A, función de protección de prendas y motor silencioso.
Cada una responde a necesidades distintas, desde espacios reducidos y cargas ligeras hasta familias que buscan más capacidad y programas de cuidado avanzado. Con estos modelos de calidad, más la guía de mantenimiento que os hemos presentado, prolongarás la vida útil de tu lavadora y reducirás significativamente la probabilidad de fallos en el centrifugado.