¿Estás pensando en instalar una placa de gas en tu cocina para disfrutar de una cocina tradicional y no sabes por dónde empezar? A pesar de que puede parecer una tarea difícil y peligrosa, lo cierto es que puedes llevarla a cabo sin demasiadas complicaciones si sigues una serie de medidas de seguridad. En este post te vamos a explicar cómo instalar una placa de gas sin morir en el intento.
Cómo instalar una placa de gas
Antes de colocar la placa de gas, debes tener en cuenta un factor principal: el tamaño. La placa debe ser de la misma magnitud que el hueco de la encimera. De lo contrario, tendrás que realizar un nuevo hueco en la cocina y la instalación se alargará. Asimismo, debes cerciorarte de que la conexión de gas que tienes instalada sirve para la nueva placa. Una vez que hayas comprobado ambos aspectos, ha llegado el momento de colocar la placa de gas en tu cocina. Lo primero que debes hacer es bajar los plomos y desconectar la llave del gas. Para ello, aplica teflón en la manguera de gas que saldrá de la pared de la cocina. De esta manera, evitaremos que se produzcan accidentes. A continuación, desconecta la luz de la cocina y retira la placa vieja soltando las conexiones de los fuegos y las pinzas de sujeción al mueble. Ajusta las pinzas a la nueva placa, atornillándolas por debajo, y restablece las conexiones. Seguidamente, coloca la placa de gas en el hueco y atorníllala al mueble. En este punto, debes asegurarte de que no existen fugas de gas. Para ello, te recomendamos que untes las conexiones, los empalmes y el tubo con agua y jabón. Si al abrir la llave de gas se escucha algún silbido, percibes algún olor o hay burbujas de jabón en la manguera, las conexiones o los empalmes, cierra las válvulas, cambia el tubo y vuelve a comprobar la ausencia de fugas.
Tras asegurarte por completo de que no hay fugas, deberás verificar que los fogones funcionan de forma correcta, conectar la electricidad de nuevo, abrir la válvula y comprobar que todo funciona bien.
Beneficios de la placa de gas
Las placas de gas tienen algunos beneficios respecto a las eléctricas que debemos considerar. En primer lugar, se calientan más rápidamente y garantizan un mayor ahorro de energía, ya que el gas suele ser más barato que la electricidad. Además, permiten cocinar al estilo tradicional, pues el fuego de estas placas admite todo tipo de recipientes, desde cazuelas de barro y ollas de hierro fundido a sartenes. Tener una placa de gas no significa que debas renunciar al diseño y la elegancia.
En la actualidad, existen acabados en acero inoxidable, cristal templado o vitrocerámico tintado de color negro con diseños muy modernos que aportarán a tu cocina un toque innovador. Asimismo, las placas de gas aúnan tecnología y tradición. Algunos modelos del mercado te permiten controlar la potencia de la llama de forma precisa, ajustándola en varios niveles en función de tus necesidades en cada momento. También incorporan sistemas de seguridad que cortan el gas al no detectar la llama. De esta manera, evitan que se produzcan fugas de gas.
Por último, hay que tener en cuenta que las parrillas se pueden lavar en el lavavajillas, un hecho que facilita la limpieza de este tipo de placas. Y, en caso de que no sepas bien cómo limpiar los quemadores de gas, puedes consultar nuestro post de trucos para limpiar los quemadores de gas.
Ahora que ya sabes cómo instalar una placa de gas y que ya conoces todas sus ventajas, te animamos a visitar nuestra tienda de electrodomésticos online, donde podrás encontrar una gran variedad de modelos de placas de gas adaptados a todos los gustos y necesidades.