Estamos tan acostumbrados a utilizar el frigorífico en nuestro día a día que nos resulta impensable imaginarnos una vida sin él. Este aparato nos ayuda a conservar los alimentos en óptimas condiciones para que mantengan sus propiedades intactas durante más tiempo, lo que es posible gracias a las tecnologías que incorpora. Pero, ¿Cómo funciona un frigorífico por dentro? ¿qué tecnologías permiten preservar los alimentos?
Antes del frigorífico
La invención del frigorífico fue un hito que transformó la calidad de vida de las personas, ya que nos permitió conservar la comida en perfecto estado durante más tiempo.
Aunque cueste creerlo, los primeros modelos de neveras no se popularizaron hasta hace unas décadas. Entonces, ¿cómo conservaban antes la comida para que no se estropeara? Cuando no había electricidad ni medios para generar frío, lo que hacían era guardar los alimentos en las tradicionales fresqueras, que eran aquellos lugares con temperaturas más bajas donde los alimentos podían aguantar unos días más.
Entre los espacios más utilizados para el almacenamiento de los alimentos, destacaban los sótanos, los almacenes subterráneos y los depósitos, que se enfriaban con hielo traído de las montañas. En los casos en los que no se disponía de estos espacios, se guardaban en despensas o armarios alejados de la luz. Pero su capacidad para conservar las propiedades de los productos era escasa, por eso la comida se solía conservar en salmueras, escabeches o salazones.
Conquistando el frío
En el siglo XIX, con motivo de la revolución industrial y de los avances técnicos, muchos pioneros comenzaron a crear sistemas de refrigeración. En ese momento surgieron los primitivos refrigeradores, que consistían en contenedores diseñados para conservar bloques de hielo.
El invento se fue perfeccionando hasta que en 1834 Jacob Perkins patentó y desarrolló el primer sistema de refrigeración por compresor de vapor. Se fueron creando nuevos modelos, aunque todos ellos estaban destinados al uso profesional e industrial.
Hasta el siglo XX no llegaron las neveras domésticas, las cuales tenían un precio tan elevado que la mayoría de la población no se las podía permitir. Finalmente, en la década de 1960 se logró un gran avance en relación con la tecnología del frío, pues se empezaron a desarrollar soluciones enfocadas a la mejora de la calidad de vida de las familias.
¿Cómo funciona un frigorífico?
El frigorífico moderno dispone de un sistema de funcionamiento muy sencillo. Su objetivo es coger y expulsar el calor del interior con el fin de reducir la temperatura. Para conseguirlo, se utiliza el líquido refrigerante y el compresor, el elemento encargado de moverlo por los circuitos internos.
Al aumentar la presión, el líquido se evapora, absorbiendo de esta manera el calor. El gas resultante pasa por el compresor del frigorífico y sufre un nuevo aumento de presión que le permite circular de manera fluida por el circuito. Este gas con alta presión pasa al condensador cediendo calor a la atmósfera y se va enfriando gracias a las aletas de refrigeración hasta transformarse en líquido.
El líquido refrigerante se introduce en la válvula de expansión, donde su temperatura y presión disminuyen. A continuación, el filtro-secador elimina las impurezas y reduce la humedad del líquido. Cuando el líquido circula por el serpentín evaporador, se transforma en gas y se evapora al absorber el calor de los alimentos de la nevera. Posteriormente, vuelve a entrar en el compresor y el ciclo comienza de nuevo.
Cuando se alcanza la temperatura seleccionada, el compresor deja de funcionar y el circuito se detiene hasta que la temperatura vuelva a subir. Por lo tanto, el compresor solo se activa cuando hay que regular la temperatura.
Esperamos que este post haya resuelto tus dudas acerca de cómo funciona un frigorífico por dentro. ¡No dudes en visitar nuestra web para consultar todos los modelos de frigoríficos de los que disponemos!