Qué es una vitrocerámica y qué es una placa de inducción
La mayoría de nosotros utilizamos estos términos de una manera común, pero ¿estamos seguros de lo que significan? La vitrocerámica consiste en una placa de cerámica vitrificada, que tiene una gran resistencia al calor. Es por ello que permite aprovechar el calor residual una vez apagada. Las cocinas de inducción funcionan con un imán, estimulado eléctricamente. Crean un campo magnético que genera calor en la superficie de metal que se encuentra encima de él.Principales diferencias entre inducción y vitrocerámica
- La primera diferencia entre una vitro y una placa de inducción nos la encontramos en el precio. Aunque puedes encontrarlas online a un precio económico, las placas de inducción tienen un coste más elevado. La razón es la innovación en los sistemas de cocción que presentan estas placas.
- La segunda diferencia llega a la hora de cocinar. La vitrocerámica acepta todo tipo de recipientes, desde uno normal de aluminio a uno de barro. Sin embargo, si vas a poner una cocina de inducción, el “plan renove” se impone en tu cocina, ya que solo calienta los recipientes específicos para estas placas. Estos recipientes deben tener una base plana y adaptada al tamaño de la zona de cocción para que se caliente de forma adecuada. Además, tienen que estar fabricadas de acero o hierro fundido (base ferromagnética). Quizás hace unos años esto era un problema, puesto que eran más caros, pero actualmente este tipo de cazos no difiere tanto en precio de los demás.
- Otra diferencia destacable es el tiempo de cocción. Con las placas de inducción tardarás la mitad de tiempo en preparar los platos. Como todo, tiene sus pros y sus contras: las vitrocerámicas, aunque tardan más en calentar, al tener un calor progresivo, pueden cocinar los alimentos poco a poco, necesario en muchos platos. Si necesitas calentar gradualmente una comida en una placa de inducción, tienes que aprender a manejar los niveles de potencia con mayor precisión.
- Aunque el coste de las placas de inducción sea superior, como ya hemos comentado, se contrarresta con el hecho de que el gasto de energía es casi un 40 % menos que el de una vitrocerámica. ¿Por qué? Porque irradian el calor solo en el recipiente, evitando que haya pérdidas de energía innecesarias.
- Una última diferencia la encontraremos a la hora de limpiar. La vitrocerámica, igual que tarda en calentar, también tarda en enfriarse. Lo bueno es que puedes aprovechar el calor residual para terminar de hacer la comida. Lo malo es que, si no tienes cuidado, puedes pensar que está apagado y sufrir quemaduras importantes si acercas la mano. En este sentido, la cocina de inducción es menos peligrosa, ya que se enfría casi de inmediato, mucho más segura para niños, mayores y despistados. Además, es más fácil de limpiar, ya que los alimentos que caen sobre el cristal no se queman tan fácilmente como en una placa vitrocerámica.